“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;” 1 Pedro 3:18
Todos llevamos culpa por lo malo que hemos hecho. Muchos intentan hacerse sufrir para recompensar por esta maldad y apacentar a su deidad, pero esta es la diferencia entre el Cristianismo verdadero y cualquier otra religión. Nuestro Dios sufrió por nosotros. El padeció la penalidad de MI pecado y el pecado de TODOS para que seamos hecho limpios y librados de nuestra culpa.
Hay que entender que sólo él pudo salvarnos e hizo todo lo necesario para que seamos perdonados. No tenemos que llevar la culpa porque ¡nuestra culpa fue puesta sobre Jesucristo! Murió, de verdad, por nosotros, y resucitó al tercer día para darnos la victoria. ¿Cómo podemos recibir esta victoria, esta salvación, esta vida? Por arrepentir de nuestros pecados y cualquier otra confianza, depositando toda nuestra fe y dependencia sólo en Cristo para la salvación. En ese momento de arrepentimiento y creencia en Cristo, somos hecho limpios, adoptados en la familia de Dios, y seguros eternamente en la vida eterna. ¡Cristo hace que todo eso sea posible!
Además, muchos creen que aunque Cristo compró nuestra salvación en la cruz del Calvario, que nosotros la mantenemos por nuestras obras. Amigo, no puede ser así! Él padeció UNA SOLA VEZ la penalidad que merecíamos y para limpiarnos de los pecados. Si yo tengo que mantener mi salvación, mi salvación no depende en Cristo sino en mí. Y si mi salvación depende en mí, estoy siempre perdido, separado de Dios. Todos fallamos y fracasamos, pero gloria a Dios, Cristo padeció una sola vez para llevarnos a Dios, los que estamos esperando y creyendo en él para la salvación.
Entonces, amigo, deje de confiar en su religión, en su propia bondad u obras, y crea en lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz. Crea que es suficiente para salvarnos y mantenernos salvos! Entienda que nuestra salvación es segura en él. Esta verdad cambiará su vida en gran manera. Créala. Vívala. Compártala.
Si le puedo ayudar en algo, siempre estoy a sus órdenes.
Pastor Aarón
(57) 304-546-8596
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